¿Cómo escoger el grosor en un Suelo Laminado?

¿Qué se mide realmente en el grosor de un suelo laminado?

Un suelo laminado se define como un suelo que está compuesto de varias capas, entre las que destacan el overlay o capa superior, que es la responsable de su resistencia al desgaste; la capa decorativa, donde viene impresa el dibujo; el núcleo o tablero, que es el responsable de la estabilidad dimensional del suelo; y la base estabilizadora, que tiene varias funciones, como garantizar una buena nivelación, aislar el suelo de la humedad y mejorar la acústica.

Pues bien, cuando hablamos del grosor de las tarimas laminadas, nos referimos al grosor total sumando todas estas capas.

¿Cómo influye el grosor en la calidad de un suelo laminado?

Como comentábamos antes, el grosor por sí solo no es indicativo de una mayor calidad. En este sentido, es más determinante de la calidad la densidad del tablero.

La densidad del tablero viene determinada en kgr/m3 y mide cuán compacto es el tablero. Una mayor densidad de tablero crea un suelo más compacto que reduce la captación de agua, lo que se traduce en una mayor estabilidad dimensional y mejor comportamiento hidrófugo. De esta forma, los tableros de alta densidad HDF, crean suelos laminados de mejor calidad, mientras que los tableros de menor densidad, MDF, crean suelos laminados de menor calidad.

Teniendo en cuenta que una mayor densidad implica una mayor compresión del material, podría darse el caso de que un suelo laminado más grueso que otro, fuera finalmente de peor calidad, precisamente por la densidad del tablero.

Sería un ejemplo así:

• Tarima de 10 mm – densidad de tablero MDF (densidad media)
• Tarima de 9 mm – densidad de tablero HDF (densidad alta)

En este caso, la tarima de 9 mm sería, en principio, de mejor calidad (habría que valorar también otros aspectos).

En cualquier caso, a la hora de comparar el grosor de dos suelos laminados, deberíamos comparar siempre suelos con la misma densidad de tablero, para evitar comparaciones sesgadas.

¿Cómo influye el grosor en la resistencia de una tarima laminada?

En realidad, la resistencia de una tarima no depende tanto del su grosor, sino de la resistencia de la capa superior de protección, el overlay. Esta capa es la responsable de que un suelo tenga una mejor resistencia al desgaste y a los arañazos. En este sentido, la mayor resistencia de un suelo laminado se mediría por la clasificación al desgaste (clasificación AC) y por su clase de uso, que lo que mide es el nivel de tránsito que puede soportar un suelo laminado.

Por todo ello, un mayor grosor no implica necesariamente una mayor resistencia.

¿Cómo influye el grosor en la durabilidad de un suelo laminado?

La durabilidad de un suelo laminado viene determinada por diversos factores. Entre ellos, los más importantes son la resistencia al desgaste y la abrasión, la estabilidad dimensional y el sistema de instalación. El grosor en realidad es un elemento que influye más en otros aspectos, por lo que podríamos concluir que un suelo laminado más grueso no tiene por qué ser necesariamente más durable.

Entonces, ¿Qué ventajas tiene un suelo laminado de mayor grosor?

La decisión sobre el grosor de un suelo laminado viene influida por algunos aspectos que determinan que, para un proyecto en concreto, puede ser más adecuado escoger un suelo laminado más grueso.

Por ejemplo, un laminado con un grosor de 9 mm, que es un grosor alto, ofrece ciertas ventajas:

• Mayor nivelación del suelo. Permite disimular mejor los pequeños desniveles del sustrato, logrando una instalación duradera y estable.
• Instalación de click más precisa. Permite un mecanizado mejor de la pieza, facilitando su instalación y logrando un ajuste de las uniones más preciso y duradero.
• Mejor Acústica del suelo. Aunque el grosor por sí sólo no es suficiente para lograr una buena acústica, ya que también influyen factores como la densidad (a mayor densidad del tablero, mejor acústica); y la manta aislante sobre la que se instala la tarima.

¿Qué grosores podemos encontrar en suelos laminados?

En suelo laminado, podemos encontrar principalmente grosores entre los 7mm y los 12mm. A la hora de escoger entre uno u otro, conviene conocer el resto de características, de tal forma que podamos hacer una evaluación completa para saber cuál es el pavimento más adecuado para cada caso.

Conclusión: ¿Cómo escoger entonces el grosor del suelo laminado?

Para hacer una buena elección, debemos analizar, en primer lugar, qué necesidades y particularidades tiene el espacio donde queremos instalar el suelo. Tenemos que preguntarnos cuestiones como, qué nivel de tránsito esperamos tener; si es para una vivienda o comercio; si el subsuelo tiene pequeñas irregularidades; si buscamos un suelo más básico. Una vez tengamos claras estas cuestiones, podemos escoger el grosor que mejor se adapte a nuestras necesidades, contemplando siempre el resto de aspectos clave que determinan la calidad y resistencia de un suelo laminado, como su densidad de tablero, clasificación AC y clase de uso, etc.